Cuando Dios llega a un hogar
Procuren que Dios habite entre ustedes
Procuren que Dios habite entre ustedes porque si Dios llega al hogar que han conformado toda la familia será bendecida. ¡Reciban esta palabra! ¿Recuerdan lo que sucedió cuando Dios llegó a la casa de Obed Edom? ¡Lo bendijo a él y a toda su familia! “El arca del Señor se quedó tres meses en la casa de… Obed Edom, y Dios lo bendijo a éste y a toda su familia. Cuando David se enteró de que por causa del arca el Señor había bendecido a Obed Edom y a toda su familia, lleno de alegría llevó el arca a la ciudad de David”, 2a Samuel 6:11-12 (RVC).
Con razón Obed Edom y sus hijos, cuando se llevaron el arca, se trasladaron a Jerusalén para convertirse en porteros, 1º Crónicas 26:4-8 (NTV). El texto dice que TODA SU FAMILIA fue bendecida. TODOS sus hijos y nietos (62 en total) se convirtieron en hombres ilustres y valientes para Dios, 1º Crónicas 26:4-8 (NTV). TODOS sus parientes (68 en total) fueron inspirados a servir al Señor, 1º Crónicas 16:37-39 (PDT). ¡Imagínenlo! El hijo que andaba mal en el colegio ahora trae su libreta de calificaciones llena de sobresalientes. La hija rebelde y malhumorada se transforma en una chica amable y atenta. Los animales enfermos se sanan y el limonero que no daba fruto ahora da en cantidad. El auto se arregló solo y la prosperidad económica, la paz en el hogar y la salud sobrenatural se instalaron en la casa. ¡Cuando Dios se hace presente todo se transforma! La bendición que recibió Obed Edom fue tan evidente e incuestionable que la noticia llegó hasta el mismísimo rey.
Sí, procuren que Dios habite entre ustedes porque si Dios llega al hogar toda la familia será salva. El carcelero de Filipos le preguntó a Pablo qué debía hacer para ser salvo. El apóstol le dijo: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Es posible que, como matrimonio, sean los únicos creyentes en el seno de la familia, pero no desesperen. Dios está trabajando detrás de escena. Crean y confiesen que aquellos que todavía no entregaron su vida a Dios, pronto lo harán.
Procuren que Dios habite entre ustedes porque si Dios llega al hogar lo imposible será posible. El día en que el profeta Eliseo se quedó en casa de la sunamita esta mujer obtuvo la única cosa que la vida le había negado: un hijo, 2º Reyes 4:11. Cuando Dios llega, llega con regalos. Cuando el Señor se manifiesta nuestras más sentidas necesidades son suplidas. Cuanto lo tengan a Él tendrán todo lo que precisan.
¿Cómo atraer la presencia de Dios al hogar?
Esta es una pregunta válida y podemos responderla tomando como ejemplo la vida de Cornelio. Pese a no ser judío, Dios irrumpió a su casa y bendijo a toda su familia. ¿Por qué? Porque tenía por costumbre dar, orar y ayunar: “Cornelio dijo: …yo estaba en ayunas; y… mientras oraba… se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios”, Hechos 10:30-31. Jesús había dejado bien en claro que existe una recompensa para los que practican las disciplinas espirituales de dar, orar y ayunar: “Cuando des… tu Padre… te recompensará… Cuando ores… tu Padre… te recompensará… Cuando ayunes… tu Padre… te recompensará”, Mateo 6:3-4, 6, 16-18 (NTV).
Ser llenos del Espíritu Santo y tener una familia bendecida son algunos de los beneficios de practicar estas disciplinas espirituales. Además, todas ellas sirven para romper maldiciones, ser libres de ataduras sexuales y ganar batallas imposibles.
¿Tienen antecedentes en sus familias de origen de rupturas, desavenencias y problemas graves?
¿Están sumergidos en batallas largas y desgastantes?
¿Sienten el yugo opresor del diablo sobre la familia?
¿En qué áreas les está robando?
¿Qué cosas están muriendo?
En lugar de pelear con recursos humanos deberían emplear las estrategias que Dios ha puesto a disposición de su pueblo.