La bendición de tocar fondo
“Escribe… lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá después”, Apocalipsis 1:19 (NVI).
El libro de Apocalipsis se divide en tres partes: 1) “Lo que has visto”: la visión que Juan tiene de Jesús caminando en medio de siete candeleros de oro. 2) “Lo que sucede ahora”: el estado espiritual de la iglesia, capítulos 2 y 3. 3) “Lo que sucederá después”: los juicios que serán derramados sobre la humanidad a partir de la aparición del anticristo, capítulos 4 al 22.
El libro de Apocalipsis refleja claramente cuán misericordioso es Dios. ¿Cómo lo sabemos? Porque derrama los juicios gradualmente. No destruye a la humanidad pecadora de una sola vez aunque tiene el poder para hacerlo. Derrama su ira en gotas esperando que los pecadores se arrepientan y vuelvan a Él. El Señor es misericordioso aun cuando corrige. David dijo: “Dios es compasivo, así que prefiero que sea él quien me castigue. No quiero que me hagan sufrir mis enemigos”, 2ª Samuel 24:14 (TLA).
A menudo, Dios utiliza el sufrimiento para llamar nuestra atención. Un accidente, una enfermedad o una crisis podrían ser un claro llamado del Señor; siempre y cuando nos acerque a Él. En estos casos, ‘tocar fondo’ podría ser una bendición. Aun cuando nos trate con mano fuerte lo hará anhelando nuestro bien. ¡Qué diferente es el diablo! Él no conoce la compasión. Cuando se le permitió matar lo hizo hasta la cuarta parte de la humanidad porque era el límite establecido por Dios, Apocalipsis 6:8. Procedió del mismo modo con Job, Job 1:12. Destruyó todo aquello sobre lo que se le dio autoridad.
Volvamos a los juicios del Apocalipsis. Será Dios quien castigará a la humanidad pecadora poniéndola en manos del diablo. ¿Podría hacer lo mismo con sus hijos rebeldes? Claro que sí: “… El Señor castigó a Jerusalén por sus muchos pecados…”, Lamentaciones 1:5 (NTV). ¿Y cómo los castigó? Entregándolos al enemigo: “…Dios… permitió que tus enemigos te vencieran y te humillaran…”, Lamentaciones 2:17 (TLA). “… Si tu pueblo peca contra ti… los entregas al enemigo…”, 1º Reyes 8:46 (BAD).
El pecado nos deja sin protección espiritual y nos aleja de Dios: “Son sus pecados los que los han separado de Dios. A causa de esos pecados, él se alejó…”, Isaías 59:2 (NTV). El pecado no nos conviene: “Dios castigará terriblemente a quienes… anden en caminos perversos; la ira de Dios caerá sobre ellos. Habrá dolor y sufrimiento para… los… que continúen en sus pecados…”, Romanos 2:8-9 (NT-BAD). “… Si no me… obedecen… los castigaré. Traeré sobre ustedes… enfermedades debilitantes… que harán que… su vida se consuma poco a poco…”, Levítico 26:14-16 (NTV). En cambio, “Si obedeces al SEÑOR… vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito… El SEÑOR… te bendecirá… y te dará prosperidad…”, Deuteronomio 28:2-11 (NTV).
¿Cómo romper una maldición producida por la desobediencia?
Volvámonos a Dios confesando nuestros pecados: “… Volvamos al SEÑOR… digamos: “Hemos pecado y nos hemos rebelado…”, Lamentaciones 3:40-42 (NTV). “… Reconoce tu pecado y admite que te rebelaste contra el Señor tu Dios…”, Jeremías 3:13 (PDT).
Lamentemos profundamente el haberlo ofendido: “Lloren a viva voz delante del Señor… Que sus lágrimas corran como un río, de día y de noche. No se den descanso; no les den alivio a sus ojos…”, Lamentaciones 2:18 (NTV). “Acérquense a Dios… purifiquen su corazón… Derramen lágrimas por lo que han hecho. Que haya lamento y profundo dolor…”, Santiago 4:8-9 (NTV). “Vístanse de luto… lloren amargamente… y pasen la noche en luto… Organicen un día de ayuno. Convoquen a una reunión… y hagan oración al Señor”, Joel 1:13-14 (PDT).
Orientemos nuestra vida al retiro y al silencio: “… Reflexionen durante la noche y quédense en silencio”, Salmo 4:4 (NTV). “Es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del SEÑOR. Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad al yugo de su disciplina: que se queden solos en silencio bajo las exigencias del SEÑOR”, Lamentaciones 3:26-28 (NTV). Estos pasajes aluden claramente a la disciplina espiritual del silencio y el retiro. Apartarnos para reflexionar acerca de la condición de nuestra propia alma es una disciplina vital. Tenemos que estudiarnos a nosotros mismos, iluminados por la Palabra y guiados por el Espíritu Santo. ¿Con cuánta frecuencia lo hacemos? ¿Cuán a menudo nos sentamos a solas, sin distracciones, buscando la dirección de Dios? Jesús lo hacía. Y nosotros deberíamos seguir su ejemplo. Muchas veces la voluntad de Dios nos es revelada en lo privado, en tiempos de quietud y silencio. Si realmente aprecian la vida en familia y desean crecer y prosperar en lo que emprendan el retiro les será de gran provecho. ¿Alguna vez se preguntaron por qué no había ruidos de herramientas mientras se edificaba el templo de Salomón, 1º Reyes 6:7? Para honrar al Señor. De la misma manera mientras edificamos nuestro “templo del Espíritu” (1ª Corintios 6:19) necesitamos disponer de intervalos de silencio y tiempos a solas con Dios.
¿Cómo planificar un retiro?
Si desean un retiro espiritual lo primero que necesitan es incluirlo en sus agendas. Si no lo planifican no lo tendrán. El diablo conoce muy bien el valor de los retiros espirituales, por lo no se sorprendan si son estorbados cada vez que planeen uno. En segundo lugar escojan cuidadosamente el lugar. Puede involucrar una noche o un fin de semana en un sitio alquilado o simplemente en una carpa al lado del río. Tampoco se estresen demasiado. Quizás el lugar perfecto esté dentro de la propia casa. Algunos han encontrado su tiempo solitario en una piecita o en un armario. Usen la creatividad y encuentren un lugar tranquilo para estar a solas con Dios. Puede ser una plaza, un lugar abierto en tu propio barrio o simplemente la costa de algún río, arroyo o laguna.
¿Qué cosas son indispensables en un retiro? Existen dos cosas que deberían llevar: la Biblia y un cuaderno para anotar lo que Dios les revele. Podrían anexar también un buen libro, uno que sus pastores les hayan recomendado y cuya lectura los desafiará a buscar más del Señor. Podrían acompasar sus retiros con otras disciplinas espirituales como el ayuno y la vigilia. ¿Y qué hacer cuando existen responsabilidades familiares impostergables como la crianza de los niños? Podrían hacer un trato con algún familiar de confianza o una familia amiga, quienes tomarían esa responsabilidad mediante una compensación; es decir, ustedes harán lo mismo por ellos en otra oportunidad.
Un párrafo final. ¿Están en medio de una crisis de fe? ¿Tienen que tomar una decisión importante? ¿Sienten hambre de Dios? ¿Están debilitados espiritualmente? ¿El matrimonio afronta dificultades? Establezcan una pausa. Revisen la agenda y programen un retiro. Preséntense ante Dios y llévenle su caso. Oren, mediten y esperen bajo la guía y dirección del Espíritu Santo. Recuerden: ‘tocar fondo’ podría ser lo mejor que les suceda en esta vida si los conduce a la cámara secreta del Trono. Allí todo es posible porque una palabra Suya se transforma en victoria y, una orden del Soberano del universo les asegura libertad absoluta y resolución definitiva a los problemas crónicos. ¡Bendito sea nuestro Señor que nos otorga esta posibilidad!