La prosperidad viene en camino

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Después de todo lo que hemos compartido, fundamentalmente acerca de la práctica de la oración y también de las otras disciplinas como el ayuno y el retiro, es probable que aún les cueste orar o ayunar, ¡y qué decir de levantarse de madrugada para orar! Entonces, ¿Cómo no desanimarse? ¿Cómo persistir hasta desarrollar una intimidad compatible con la devoción profunda? ¿Cómo reedificar el altar de la adoración? ¿Cómo recuperar el primer amor por la presencia del Señor o experimentar ese amor, si es que nunca lo tuvieron?

¡No están solos! ¡El Espíritu Santo los ayudará en esta tarea!

Pero no lo hará sin la disposición de sus voluntades. ¡Es el único camino para experimentar transformación y poder espiritual! Carlos Spurgeon decía: “Nunca desmayen en la oración. Cuando no tienen deseos de orar, es una alerta de que deben orar más. Nadie tiene tanta necesidad de orar como aquel a quien no le interesa hacerlo”.

El tiempo con el Señor es y será la fuente de verdadera sanidad, libertad y fortaleza; también de revelación, inspiración, gozo y paz, Gálatas 5:22. Todo lo bueno viene y vendrá de su presencia. “Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre…”, Santiago 1:17, PDT. Sabemos que comprenden intelectualmente esta verdad pero, ¿la creen sinceramente? Esto lo decimos porque, a menudo, NO practicamos una vida de oración.

Debemos orar no solo para calmar la conciencia o pedir ayuda cuando enfrentamos adversidades, sino más bien debemos tomar a la oración y a las otras disciplinas espirituales como medios que nos conducen a la presencia del Señor, en todo tiempo y en toda situación.

El anhelo de Dios es que lo amemos con todo nuestro corazón, como al inicio del camino cristiano: “…Esto dice el SEÑOR: Recuerdo qué ansiosa estabas por complacerme cuando eras una joven recién casada, cómo me amabas y me seguías aun a través de lugares desolados. En esos días Israel estaba consagrado al SEÑOR…”, Jeremías 2:1-3, NTV.

No sustituyan la comunión y adoración en intimidad por el servicio ministerial; son dos cosas complementarias pero diferentes. Es necesario aprender a disfrutar de la amistad con Dios y crecer en su dulce comunión. Esperar ansiosamente, no tanto las respuestas a las oraciones sino los encuentros íntimos de oración, para luego seguir caminando en su compañía a lo largo del día.

Antes de pensar siquiera en recuperar cualquier cosa en sus vidas deben recuperar el amor al Señor sin enojos, críticas o descontentos. Y esto solo se logra si oran y persisten en orar con todo el corazón. Los hijos de Dios somos descuidados en las sendas espirituales. Asumimos que Dios ‘está obligado’ a bendecirnos. No asociamos la desobediencia y terquedad de nuestro corazón con los problemas que nos sobrevienen, pero haríamos bien en reflexionar al respecto.

Dios no es un amuleto ‘de la buena suerte’. No se puede vivir como se le antoje y contar con su bendición. Muchas personas anhelan todo lo que la Biblia promete, pero no quieren pagar el precio de obedecer al Señor. Y esa es la razón por la que Dios ‘no funciona’.

Si viviéramos en obediencia, sin importar las circunstancias que nos tocara atravesar, progresaríamos. Aquí radica un secreto espiritual muy importante: entender el valor de la prosperidad en el Señor. En nuestro contexto la palabra prosperidad da la idea de progreso, crecimiento económico y salud financiera. Sin embargo, la prosperidad no tiene que ver con la cantidad de dinero en el bolsillo sino con el nivel de confianza en Dios. Una de las definiciones apropiadas de prosperidad es ser empujado hacia adelante. Quizás ahora el matrimonio está en terapia, la familia cada vez más endeble o la crisis económica golpea el hogar con ferocidad. Puede que todo eso sea cierto, pero si se mantienen aferrados a Dios, esperando con fe y paciencia, entonces estarán cada vez más cerca de un destino de gloria. Las circunstancias actuales no determinar la calidad de vida futura, si permanecen en la comunión secreta con Dios. Él estará con ustedes empujando su propósito en sus vidas. El hará que todo lo que sucede sea para bien y cumplirá sus sueños por medio de la familia. Deben tener paciencia y fe para creer que lo malo que sucede hoy los está empujando hacia un destino de gloria más adelante. ¿Están dispuestos a esperar con paciencia? Recuerden que Dios tiene un gran plan para sus vidas y solo se llevará a cabo si aprenden a esperar con fe y paciencia. Es verdad que el Señor estuvo con José en la casa de Potifar, pero también estuvo con él en la cárcel. En la casa y en la cárcel, en la bendición y en la tribulación, en las buenas y en las malas su presencia estará con ustedes si permanecen aferrados a Él. Por lo tanto: “… Espera en el SEÑOR; porque en el SEÑOR hay amor inagotable…”, Salmo 130:7 (NTV)

Desafíos

  • ¿Han logrado algún avance hasta ahora?
  • ¿Comprenden la importancia de orar juntos?
  • ¿Pueden comprender nuestra insistencia para que se comprometan a levantar el aposento alto?

Muchos matrimonios dicen que es imposible, pero los mismos que afirmaron eso fueron los que respondieron con oración día y noche cuando su hijo enfermó gravemente y la ciencia lo desahució o, cuando las deudas reclamaron pago inmediato bajo pena de perder todos sus bienes. ¿Por qué seremos tan tercos? Es fácil escuchar y leer, pero no obedecer. Cada día que desperdician por pereza, lo gana el diablo con nuevas tribulaciones.

  • ¿Les cuesta orar por la ansiedad? Cuando sientan ansiedad expresen ante el Señor todos esos motivos que les roban la paz. Si aun así les cuesta orar, háganlo mientras caminan de un lado a otro de la habitación o, arrodíllense para orar. Lean la Biblia de pie o de rodillas. ¡Luchen por la liberación, ganen la batalla con armas espirituales!
  • ¿Ya tienen su cuadernito de oración? Volvemos a insistir: acudan a la presencia del Señor con un cuadernito. Al principio anotarán las cosas que los distraigan. Eventos futuros que necesitas recordar, trámites inconclusos, llamadas por realizar o lo que fuere que aparte la mente del Señor. Con el transcurso del tiempo les servirá para registrar las visiones, palabras y diseños que Dios les compartirá.

¡Cobren ánimo! ¡Vivirán una aventura maravillosa! El mejor negocio, los más grandes milagros, los avances sobrenaturales en diferentes áreas, la sabiduría del cielo para guiar la propia vida y a toda la familia y, todos los regalos que no se pueden comprar pero que acompañan la presencia del bendecidor estarán a disposición de ustedes porque son grandemente amados. Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos amados y bendecidos.

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