Palabras Iniciales

¡Bienvenidos a esta nueva etapa en dependencia del Espíritu de Dios! Esperamos que las próximas semanas los estimulen a profundizar la comunión con el Señor. Deseamos que los cielos se abran sobres sus vidas y hogares.

Cada sesión, que coincide con una semana calendario, tiene por finalidad aportar herramientas para intervenir y acompañar en procesos familiares de diversa índole, claro está, dentro de un contexto de crecimiento espiritual armónico. Pero antes de pensar en el cónyuge, los hijos, los nietos o quienes fueren, debemos traer nuestra vida ante el Trono del Señor.

Cada sesión incluye diversos archivos, algunos de lectura obligatoria y otros como recomendados. Quisiéramos animarlos a dedicar tiempo a este acompañamiento. Tomen con absoluta seriedad las próximas semanas. Nosotros hemos orado más de un año por este proyecto y por cada uno de ustedes. Dios los conoce y, si los trajo hasta aquí, es porque tiene algo para decirles, ministrarles y revelarles.

Dado que el formato del siguiente acompañamiento es de autogestión se requerirá una cuota de disciplina por parte de ambos miembros de la pareja. ¿Pero unas horas por semana, durante siete semanas no es un esfuerzo mínimo para un vínculo tan importante como el matrimonio? En verdad es un esfuerzo mínimo, pero algunos no están dispuestos ni siquiera a ello y, si no están dispuestos a algo tan minúsculo, ¿por qué creen que Dios debería bendecirlos, sanarlos o prosperarlos?

Durante las siguientes semanas, si ustedes lo permiten, Dios mismo les revelará la guerra espiritual que se levanta detrás de los problemas familiares. Incluso algunos de ustedes pueden sentirse tentados a pensar que el material y los consejos son para otros. El diablo susurrará más de una vez que ustedes no necesitan de esto ni de nada, que solos pueden, que todo irá mejor sin hacer ajustes y que pueden seguir dejando el matrimonio en manos de la pereza y el azar, total todo irá igual. No amados. Si el Señor permitió que estén en este espacio formativo no es “para los otros” sino “para cada uno de nosotros”. Dios los está invitando a descubrir una nueva manera de vivir bajo el pacto del matrimonio.

Frente a la realidad familiar actual necesitamos entender por qué las bendiciones que llegan al hogar no permanecen y salen por la puerta de atrás cuando el devorador obtuvo el permiso legal otorgado por el pecado para robar, matar y destruir todo lo que provenga de Dios. Bien haríamos en recordar 1ª Tesalonicenses 5:19: “No detengan la obra del Espíritu”, (PDT); “No apaguen al Espíritu Santo”, (NTV). ¡Dios nos libre de semejante mal! Sin embargo, con nuestra apatía, descortesía y desinterés al momento de cultivar la amistad con Dios estamos obrando en contra del Espíritu Santo.

El objetivo planteado con cada familia no será solo la resolución de un problema en la relación marital o entre los miembros que la componen sino que se vuelvan al Señor de todo corazón y se apasionen por Su Presencia como jamás imaginaron que sería posible.

Los animamos a cada uno de ustedes a comprometerse personalmente con los tiempos de oración y meditación. Y sin importar el estado civil actual de quienes participen en este curso, todo lo que compartiremos les servirá para edificar tanto la propia vida conforme al diseño original de Dios, así como también para ministrar a otras personas.

¿Están listos? El camino de descubrimiento es desafiante y prometedor. Que el Espíritu Santo sea nuestro maestro y guía, conduciéndonos a Su secreto con una actitud amplia, una mente receptiva y un corazón humilde.

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