No se trata de consejos

SEMANA 2

Cómo cambiar la realidad

DÍA 1

DÍA 2

DÍA 3

DÍA 4

DÍA 5

DÍA 6

DÍA 7

2ª Corintios 11:3: “…me temo que así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, la mente de ustedes también se corrompa y se desvíen de la pureza y la devoción que tienen por Cristo”, PDT.

¡Esta es una lucha espiritual! Al abordar el tema de la pornografía hablamos de una potestad espiritual que se levanta para arruinar tu vida, tu familia y todo aquello que Dios te haya confiado.

No subestimes esta batalla porque tiene el poder de robarte todo lo puro hasta dejarte hastiado, odiando tu poca consagración y haciendo nulo tu ministerio.

“…no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos… Defiendan su posición…”, Efesios 6:12-14, NTV

No creas que el diablo viene por tu matrimonio, por tus hijos o tu ministerio. Él viene por tu vida espiritual; todo lo demás será cuestión de tiempo.

ANTES USTEDES… eran pecadores empedernidos, y como tales, obedecían los dictados de Satanás, príncipe del imperio del aire, quien ahora mismo está operando en el corazón de los que se rebelan contra el Señor, Efesios 2:1-2 (NT BAD).
El diablo no puede arruinarte. Necesita tu autorización para hacerlo.
¡Y tu pecado le da esa autorización!

No te apoltrones con el pecado. Necesitamos que Dios agite nuestra conciencia hasta que sintamos cuán repugnante es el pecado. O Dios destruye el pecado de tu vida o el pecado te destruirá a ti.

El que peca no ora y el que ora no peca. Por eso no hay nada que diablo ataque más que tu vida de oración. Apártate del pecado y estarás seguro en las manos de Dios.

¿Cuál es la bendición más grande que una persona pueda tener? ¿Salud? ¿Familia? ¿Amigos? ¿Dinero? Todo eso es valioso, pero no se compara con tener comunión con Dios.

¿Cuál es el castigo más grave que un ser humano pueda sufrir? ¿Una enfermedad? ¿Una traición? ¿Un hijo adicto? ¿Una crisis económica? Es cierto que todas estas cosas nos parten el corazón pero nada se compara con vivir lejos de Dios.

Para David la mayor bendición era permanecer en la presencia del Señor y el peor castigo estar lejos de Dios“¡Despertar y verme en tu presencia será mi mayor alegría!”, Salmo 17:15 (TLA).¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!”, Salmo 16:11 (TLA).

Un día descuidó su tesoro y perdió la presencia“No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo… y así volveré a ser feliz”, Salmo 51:11 (NTV) y 12 (TLA). ¡David perdió la alegría cuando perdió la presencia! Cuando pecó lo único que pidió es que no le fuera quitada SU PRESENCIA.

La peor desgracia que le deseaba a sus enemigos era que vivieran lejos de Dios: Que huyan de su presencia los que le odian…”, Salmo 68:1 (BAD). ¡No hay dudas que perder a Dios es la peor pérdida de esta vida!

¿Qué sucede cuando la amistad con Dios se rompe a causa del pecado? Dios se ocupa de volvernos al camino nuevamente. ¿Por qué? Porque nos anhela celosamente, Santiago 4:5. Después que Adán y Eva pecaran lo primero que se revela en las Escrituras es el claro deseo de Dios de restaurar la relación de amistad. Las preguntas que Dios les hizo: “¿dónde estás? ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Has comido del fruto del árbol que te ordene que no comieras? ¿Qué has hecho?”, eran una clara invitación a volver a la comunión. Él quería algo más que las respuestas correctas para pasar el examen. Él quería llevarlos al arrepentimiento para restablecer la relación perdida.

¿Tienes la conciencia cauterizada ?

Vale la pena detenernos unos instantes en la vida de David. ¿Dónde comenzó su caída? ¡En el lugar secreto! Una señal segura de que nuestro amor por Cristo aumenta es la corta vida que tiene el pecado en nuestro corazón antes de morirse con lágrimas y arrepentimiento verdadero. En cambio, un síntoma seguro de que la vida espiritual está siendo descuidada es la negligencia ante la tentación. Los pecados permanecen ocultos y nosotros congelados. No existe tristeza por haberlos cometido. La conciencia está tan dormida que se presta muy poca atención a las redes del diablo. Cuando la conciencia se hace insensible ante la tentación, la gracia se halla en estado crítico.

Muchos creyentes sabiendo que lo que hacen no agrada a Dios, lo siguen haciendo a propósito: “…¿Ya viste, Ezequiel? Parece que el pueblo de Judá no se conforma con cometer tantos actos repugnantes… ¡Todo el tiempo me están haciendo enojar! ¡Y para colmo, me obligan a oler los ramos malolientes con que adoran a su ídolo!’”, Ezequiel 8:17 (TLA). El pueblo sacudía el ramo en las ‘narices de Dios’. Esa expresión significa: “Mira, lo que hago no te gusta, pero lo hago igual”. Eso se llama ‘tentar a Dios’ y es muy peligroso. Cuando endurecemos nuestro corazón una y otra vez, la paciencia del Señor termina acabándose. El Salmo 81 refleja la tristeza del corazón de Dios porque su pueblo no quiere escucharlo: “Escúchame, pueblo mío… ¡Oye Israel, si tan sólo me escucharas!”, versículo 8 (NTV). Dios pide que su pueblo lo escuche: “Pero no, mi pueblo no quiso escuchar; Israel no quiso que estuviera cerca”, versículo 11 (NTV). Y la consecuencia de no querer escucharlo se encuentra en el versículo siguiente: “Así que dejé que siguiera sus tercos deseos, y que viviera según sus propias ideas”, versículo 12. Dios se ve obligado a dejar a su pueblo a su propio parecer, que caminen sus propios caminos. En otras palabras: “hagan lo que quieran”. Si el pueblo lo hubiera escuchado, Dios los hubiera bendecido con su presencia y con su favor. No hay peor cosa que Dios deje que caminemos a nuestro gusto yendo camino del infierno en compañía de Satanás. Si Dios te llama a arreglar cuentas hazlo ya. Vuélvete y restaura la relación con Dios. Ninguna otra decisión te será de tanta bendición.