La trampa del cazador

SEMANA 2

Cómo cambiar la realidad

DÍA 1

DÍA 2

DÍA 3

DÍA 4

DÍA 5

DÍA 6

DÍA 7

Lee el contenido que te compartimos a continuación y medita en tu propia historia.

La trampa del cazador

“Escapamos como un pájaro de la trampa del cazador; ¡la trampa se rompió y somos libres¡El creador de cielo y tierra nos ayudó a escapar!”, Salmo 124:7 (NVI) y 8 (TLA).

Muchos han caído en la ‘trampa del cazador’; y, después de años de ocultamiento, un día, con un poco más de luz ‘deciden’ poner punto final a su desordenada vida sexual. Otros avergonzados porque fueron descubiertos muestran remordimiento y aparente deseo de cambio. Pero pronto todos comprenderán que no se trata solo de decisión. El camino de transformación es arduo. No surten efecto las oraciones ‘ungidas’ ni los consejos profesionales. La tendencia a consumir en cualquier momento es muy alta. ¿Por qué se vuelve una y otra vez al consumo? ¿Por qué nada ‘parece ayudar’ de manera definitiva? ¿No existe algún medicamento para evitar las recaídas?

La verdad es que, si quieres resultados reales deberás enfrentar el proceso en todos los órdenes, ya sea a nivel de tu cerebro por la descarga de adrenalina que sentías con el consumo; los hábitos sexuales que te provocaba; los sentimientos de euforia cuando estabas apático, etc.

¿Cuáles son los factores decisivos para tu libertad? De manera imprescindible necesitas la presencia de dos:

1. Un profundo deseo de agradar a Dios. Sin esta convicción boicotearás tu propia recuperación. Deberás ser honesto y no justificar tus malas acciones. “Si decimos que no hemos pecado nos engañamos a nosotros mismos”, 1ª Juan 1:8 (TLA).

Ahora bien, si no tienes la intención de abandonar definitivamente el consumo, nadie puede ayudarte, ni siquiera Dios. Solo existe esperanza para quienes reconozcan que han tocado fondo. Cuando se ha llegado al fondo no hay otro lugar a donde ir, sino hacia arriba. Pero, aunque parezca irónico, no siempre es así; también uno puede quedarse en el fondo, hundido; y eso es lo que se ve en muchos consumidores crónicos. Cambiar implica asumir un compromiso total, irrevocable y definitivo con Dios en primer lugar y luego con uno mismo.
¿Lo harás?

Para los consejeros
Carlos Finney a menudo enseñaba por qué muchas oraciones a favor de otras personas no reciben respuesta. Explicó que con regularidad nos colocamos del lado del pecador, en lugar de darle la gloria a Dios. Nos mueve la necesidad actual de quien nos pide que oremos pero no vemos la responsabilidad de esa persona frente a un Dios tres veces Santo. Simpatizamos con la persona en dificultad y oramos de la siguiente manera: “Señor, sánalo de esta adicción, libéralo de este problema. Tú sabes que su niñez fue muy dura, que su padre lo abandonó y su madre no suplió las necesidades que sentía, tú sabes que fue discriminado y cuando creció sus amigos lo llevaron por mal camino, etc., etc.”. Ofrecemos una cantidad importante de razones por las que Dios debería hacer la obra sin que la persona en cuestión se moleste en trabajar o sacrificarse. Oramos como si el pecador fuera un ser desgraciado y digno de compasión; en vez de mirarlo como alguien absolutamente responsable y que merece el castigo por sus malas acciones. Dios no salvará a nadie por las razones que nosotros expongamos. Si ha de recibir perdón y consuelo será porque acude con sinceridad en busca del remedio divino y porque reconoce que necesita del toque inmerecido y maravilloso de un Dios amoroso.

2. Una rendición absoluta a Dios.
El esfuerzo que nosotros podamos hacer por el que consume, o que otros hagan por nosotros (si somos los consumidores) no alcanzará. Debemos pedirle al Señor que asuma el control de nuestra vida: “Porque la…vida en Cristo Jesús me ha librado…del pecado y de la muerte, Romanos 8:2.

La Biblia dice: “Si alguno está en Cristo, es una nueva creación”, 2ª Corintios 5:17 (NVI). Solo la presencia del Espíritu Santo marca la diferencia. A lo largo de los siglos y frente a cualquier situación, las personas que lograron su total libertad fueron aquellas que se sometieron voluntariamente al señorío de Jesús.

La recuperación comienza con la entrega voluntaria y absoluta al gobierno de Cristo, que por supuesto es mucho más que una oración de entrega, el asistir a una iglesia o tener el rótulo de ‘cristiano, líder o pastor’.

¿Y cómo avanzar en el camino de transformación?

Volvemos a reiterarlo: Las disciplinas espirituales servirán como medios para vigorizar tu vida espiritual. No esperes que otro haga la tarea por ti. Es necesario comprometerse con la oración, el ayuno, las vigilias, la intercesión y la lectura de las Escrituras, por citar algunas disciplinas. Y para ello deberás ajustar tu agenda. No esperes un milagro automático. ¿Por qué Dios debería obrar de esa manera? Tú dedicaste cada minuto en el pasado para consumir pornografía y ensuciar tu mente y tu ser interior. No fue automático el proceso de acumular mugre. ¿Por qué quieres ahora un milagro instantáneo? Si lo que intentas es evitar el trabajo, debes saber que la comunión con Dios y la transformación auténtica no están de oferta. Claro que la salvación es gratis, pero deberás buscar el rostro de Dios para una metamorfosis que desate pureza donde ahora hay oscuridad y pecado. Dios te ha llamado la atención tantas veces, te ha invitado a la oración tantas veces, te ha hablado a tu espíritu y por medio de otros para abandonar el pecado tantas veces y te ha advertido para que no practiques el pecado, tantas veces. ¿No crees que es hora de tomar en serio sus caminos?

Fuera del poder transformador del Espíritu, el ser humano no cambia su condición interior pecadora. Gálatas 5:16-17 dice: “…obedezcan al Espíritu de Dios, y así no desearán hacer lo malo. Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje”, BLS. Y Efesios 6:10 dice: “Finalmente, dejen que el gran poder de Cristo les dé las fuerzas necesarias”, TLA.  

¿Has experimentado el nuevo nacimiento?

El inicio de la libertad sexual comienza con el nuevo nacimiento, pero no como una simple oración sino como un cambio interior real, auténtico y sin fingimientos. Se necesita un encuentro personal y vital con Jesucristo. Y no asumas que lo has tenido si es que vives en pecado todo el tiempo. Cuando ocurre el nuevo nacimiento se implanta una nueva naturaleza: la divina. Sin esa experiencia llamada conversión se carece del poder necesario para obtener la victoria total sobre el pecado: “… Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”, 1ª Juan 3:9.

Antes de recibir a Cristo, la persona está muerta espiritualmente y bajo el dominio de Satanás: “Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado… obedeciendo al diablo…”, Efesios 2:1-2 (NTV). Al recibir a Cristo en el corazón se produce un cambio: “Pues antes ustedes estaban llenos de oscuridad, pero ahora tienen la luz que proviene del Señor, Efesios 5:8 (NTV). Antes éramos tinieblas, ahora somos luz. Antes hacíamos las obras de la carne y estábamos dominados por la vieja naturaleza, ahora hacemos las obras de Dios y somos controlados por el Espíritu Santo: “Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu… Los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios. Pero ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa. Son controlados por el Espíritu, si el Espíritu de Dios vive en ustedes”, Romanos 8:5-9 (NTV).

¿Eres luz o vives en tinieblas? ¿Verdaderamente el Espíritu Santo te controla? Ser sincero contigo mismo puede representar el primer paso hacia la transformación. Sin importar los años que lleves en el cristianismo, ¿estás seguro de que eres salvo? ¿El Espíritu da testimonio a tu propio espíritu de que eres hijo de Dios?

Si no puedes dar una respuesta certera, por favor, toma unos minutos. No dilates más tu decisión de entregar tu vida a Dios y reconocer a Jesús como tu único y suficiente Señor y Salvador. ¿Qué significa esto? Que no solo creerás en Él sino que te colocarás voluntariamente bajo su cobertura y dirección, entregando el control de tu vida al Espíritu Santo. En pocas palabras, obedecerás sus mandamientos por amor a su persona.

La siguiente oración puede ayudarte: “Señor Jesucristo: Creo que tú eres el único camino para acercarme a Dios. Gracias por amarme y tomar mi lugar en la cruz, pagando mi deuda. Me arrepiento de todos mis pecados y te recibo como Señor y Salvador de mi vida. No quiero solo hacer una oración sino entregarme de todo corazón. Perdón por vivir una vida de hipocresía. Perdón por cada acto de desobediencia. Implanta tu nueva naturaleza en mi interior. Que sea tu Espíritu el que asuma el control de mis decisiones. No quiero vivir en independencia, sino dependiente de ti en todo. Oro en el nombre de Jesús. Amén”.

Rendidos al Señor

Dios debe ocupar un lugar muy distinto del que ha ocupado hasta hoy en tu vida. ¿Recuerdas la generosidad de María al entregar un perfume de gran precio? Se sentía profundamente agradecida. La pregunta es: ¿por qué? María experimentó el peso real del pecado, luego experimentó el increíble perdón de Cristo. Como consecuencia sintió una paz profunda como jamás imaginó posible. ¡No podía obrar de otra forma!

Si todos sintiéramos el profundo peso de nuestro pecado y la condenación absoluta sobre nuestras vidas, también podríamos experimentar la profunda salvación y liberación que Cristo quiere darnos. ¡Nuestra ingratitud demuestra la falta de conciencia por el pecado personal, la ausencia de una experiencia vital con Cristo y la nulidad de los sentidos espirituales que no ven el perjuicio que nos ocasionamos a nosotros y a los que amamos!

Antes de terminar este tiempo de meditación: ¿Has respondido positivamente al llamado del día de ayer?¿Has hecho los arreglos para contar con un espacio de oración que sea tu ‘carpa del encuentro’? ¿Y hoy? ¿Has consagrado tu vida a Cristo, de modo que el Espíritu Santo sea quien realmente gobierne tus decisiones? No tomes los consejos como opciones. Tu única salida está en buscar del Señor. 

Oración
“Señor, muéstrame todos los pecados que debo confesar. No solo el consumo de pornografía sino los enojos, las frustraciones, las perezas espirituales. En definitiva todo aquello que me separa de ti y me une al infierno. Quiero cerrar las puertas que le abrí al diablo. Anhelo experimentar un nuevo comienzo y obedecerte de todo corazón. Ayúdame a no transitar más por los antiguos senderos de perversidad. Me comprometo a dedicar un tiempo especial de cada día para cultivar mi relación contigo. No quiero que seas una idea, lejana y ajena, no quiero una religión. Muéstrate como Padre bueno y Dios cercano. ¡Te necesito! Hazme consciente de tu presencia. Me comprometo a darte lo primero y lo mejor. Tú serás mi primera cita, cada jornada. En ti confiaré mi futuro, sabiendo que en la medida que te conozca más, también confiaré más. Declaro que aun en mi debilidad tú serás mi fuerza. Oro en el nombre de Cristo Jesús. Amén”.