El mundo secreto de la pornografía

SEMANA 3

El poder del pecado

DÍA 1

DÍA 2

DÍA 3

DÍA 4

DÍA 5

DÍA 6

DÍA 7

La pornografía es un negocio multimillonario.

El costo de producción es muy bajo y su rentabilidad es increíblemente alta. Pero más allá del lucro, que puede carecer de importancia para el consumidor promedio, lo que sí debería preocupar a todo cristiano consumidor de pornografía es:

  • Cómo se apaga la manifestación del Espíritu Santo, ofendiendo a Dios con la basura que ingresa a la mente.
  • Cómo la puerta abierta al diablo por medio del pecado torturará a ese hijo/a de Dios, robándole todas las bendiciones que Dios le otorgue.
  • Las consecuencias que provocará de este lado de la eternidad sobre su vida espiritual, salud mental, aspecto sexual e incluso en los vínculos familiares. La pornografía causa múltiples trastornos psicológicos y sexológicos, entre los que se pueden identificar la depresión y la disfunción eréctil.1

Antes de seguir sin el deseo de una transformación real y completa, meditemos en lo que dice la Biblia: “La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el Señor”, Proverbios 19:3, NTV. ¿Es este tu caso?

Mira cómo lo expresa en otra versión: “Uno se arruina por su propia estupidez, ¡y luego le echa la culpa al Señor!”, BLA.

¿Podemos vivir en santidad?

Hoy resulta más fácil consumir pornografía que comprar un caramelo. Lamentablemente no solo los adultos acceden a ella sino, adolescentes y niños, pervirtiendo su concepción del sexo, la afectividad y el amor. No siempre fue así. David Wilkerson escribió en 1973 (cuando todavía ni siquiera podía imaginarse la distribución de material sexual de manera masiva): “… tengo la plena convicción de que la inundación de inmundicia que he visto venir, es la misma clase de inundación de la que habló el profeta Nahún… El derrumbe moral sobrepasará todo lo que la mente humana sea capaz de imaginar. Ya un espíritu demoníaco está pasando sobre muchos países trayendo consigo desnudez, perversión y una inundación de inmundicia…”.

¿Qué espera Dios de nuestra vida íntima? ¿Podremos vivir en santidad en tiempos tan turbulentos?

Claro que sí. Y todo comienza por la búsqueda de Dios y el conocimiento de su voluntad, con el anhelo de vivir para honrarlo. Dios anhela nuestro bienestar, que es mucho más que la ausencia de enfermedad. La santidad confiere el poder para disfrutar de su presencia, acceder a su habitación y gozar de su favor. Es vivir en una dimensión de confianza, vida y paz imposible de comprender, a menos de que se experimente. Es disfrutar del favor del Señor

Asume la verdad bíblica en vez de las mentiras satánicas:

¡Tu sexualidad es un regalo de Dios!
Sí, un regalo de Dios

Génesis 1:26-27: “Luego Dios dijo: Ahora hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… Así que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, creó al varón y a la mujer”, PDT.

Salmo 139:13: “Tú hiciste todo mi cuerpo. Tú sabes todo de mí…”, PDT.

Dios creó tu sexualidad y desea que contribuya a tu desarrollo y plenitud. No es bíblico reprimir esta faceta ni cubrirla de sombras sino permitir que la luz de la pureza inunde la intimidad y la concepción mental del tema, a fin de que sea plena, gratificante y contribuya al desarrollo general de tu ser, algo que jamás ocurrirá con la pornografía. Cuando se consume pornografía el sexo es cualquier cosa, menos lo que Dios ha querido que fuera. Se disparan los pensamientos y aparecen nuevos deseos, la mente se desenfrena y, poco a poco, lo que antes horrorizaba ahora se torna familiar y hasta aceptable. Una forma en que el diablo obra sobre la iglesia es afectar a muchos en cuanto a los ‘límites tolerables’ respecto del pecado. Cada vez corre más la valla a fin de que puertas de impureza se abran cada día.

El área sexual, que Dios quiso que representara una intimidad compartida y gratificante entre los esposos, se transforma aun entre ellos en arma de manipulación, dominio, seducción o favores, pero jamás en el vehículo para exprese el amor, la pureza, belleza y santidad.

Analicemos algunos aspectos
en la pornografía:

No existe amor. Todo se orquesta para el mirón, el cual participa de cada acto y no es un ‘simple observador’, sino el epicentro de la producción. El objetivo es que el ‘mirón’ consuma.

Preguntas: ¿Tienes conciencia de que participas de esos actos sexuales?

Se distorsiona la imagen de las personas. No puede verse la imagen de Dios en el otro, ni formas de ternura o aspectos morales positivos, sino lenguaje obsceno, sexo bruto y actos de dominación, con el supuesto consentimiento y aprobación del ‘seducido, dominado o victimizado’. La mirada pornográfica crea una distorsión de la sexualidad, engendrando más pecados al despertar nuevos deseos: “…hagan morir las cosas pecaminosas… No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos…”, Colosenses 3:5, NTV.

Preguntas: ¿Cómo afectó la pornografía tu mirada? ¿Tus fantasías se han multiplicado? ¿Han surgido nuevos deseos? ¿Tu libidinosidad (lujuria o excitación) es manifiesta a todos o permanece oculta tras un mando de religión falsa? ¿Todo te hace pensar en el plano sexual? ¿Puedes tener una mirada pura y no sexual hacia las personas que te rodean?

El placer se convierte en un dios. El fin es el placer. No importa a qué precio o quién sufra, el placer lo justifica. La pornografía engendra intolerancia hacia las emociones del cónyuge. El que está formateado por la pornografía cree que su forma de ver y sentir es correcta. La promiscuidad es aceptada. Todo límite moral se desdibuja. Lo sexual ya no tiene identidad, cualquiera que esté disponible sirve. ¡Qué triste! Se piensa en el recambio cuando la relación exige renuncias o ante alguien con mejores atributos.

Preguntas: ¿Cómo describirías tu relación sentimental actual?, (en caso de estar casado o en pareja). ¿Tener relaciones sexuales con tu cónyuge te satisface plenamente o necesitas el incentivo de las imágenes pornográficas?

Daña profundamente la mente. Los defensores de la pornografía dicen que genera placer y no daña. ¿No daña? Veamos un concepto médico. Nuestro cerebro contiene un pool de neuronas denominadas ‘en espejo’. Estas neuronas fueron identificadas en estudios con monos, por eso se las llamó ‘mono ve, mono hace’. Cuanto más vemos un comportamiento, más se afianza, permitiendo la imitación y la planificación de dicho comportamiento. Como se verá, la vida completa se modifica por el consumo de pornografía.

Preguntas: ¿Sabe tu esposa o esposo el problema que tienes con la pornografía? ¿Sabe cabalmente la profundidad de tu conflicto, de tu consumo y del impacto en tu mente? ¿Entiendes que no solo tu mente y emociones, sino tu espíritu, están siendo afectados por las puertas abiertas al pecado?

Con estas preguntas no estamos diciendo que le cuentes sin filtro alguno, solo queremos hacerte consciente de lo que realmente vives. Si te avergonzara hablar de ello con tu pareja, con tu pastor o consejero es porque has ido demasiado lejos, ¿no te parece?

Toma unos minutos a solas y reflexiona. Lo más probable es que eventos insólitos a tu alrededor impidan tu meditación. Por favor, lucha con las distracciones externas e internas. No permitas que el diablo te siga mintiendo. Él te dirá que este tema es poco importante, que nada malo pasará y que puedes controlarlo; que es un pequeño gusto ‘secreto’ y que nosotros exageramos. Por favor, ¡detente! Dios está presto para brindarte ayuda. El Salmo 34:17 dice: “Oren al Señor y él los escuchará. Él los salvará de todos los peligros. El Señor siempre está dispuesto a ayudar a los que sufren y salva a los que han perdido toda esperanza”, PDT.

NOTAS
1.- https://www.bbc.com/mundo/noticias-50837044. BBC News. Mundo. Los efectos que tiene en el cerebro consumir pornografía en exceso. Rachel Anne Barr. The Conversation. Diciembre 2019. Rachel Anne Barr es estudiante de doctorado del departamento de Neurociencia, Universidad Laval, Canadá.