Corres un gran riesgo al bajar la guardia

SEMANA 6

Las armas espirituales

DÍA 1

DÍA 2

DÍA 3

DÍA 4

DÍA 5

DÍA 6

DÍA 7

“Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va al desierto en busca de descanso pero, como no lo encuentra, dice: Volveré a la persona de la cual salí. De modo que regresa y encuentra que su antigua casa está barrida y en orden. Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes”, Lucas 11:24-26, NTV.

Meditemos en este pasaje prestando suma atención.

Debe ser la alarma constante de nuestra conciencia.

Jesús abre la puerta al entendimiento de la guerra espiritual y establece algunas verdades:

Solo existe una opción: O estás del lado de Cristo o en su contra. La neutralidad no existe en el mundo espiritual, aun cuando la gente así lo crea. Jesús mismo dijo: El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra”, Mateo 12:30, NTV. Si alguien no está haciendo la voluntad de Dios; entonces está del lado de Satanás y caminando en su compañía: Antes ustedes… vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible —, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios”, Efesios 2:1-2, NTV. Tu sumisión a Cristo no es opcional. Tu sumisión demuestra su señorío y tu amor, o la ausencia de todo ello. “El que no me ama no me obedece”, Juan 14:24, NTV.

El alcance de la realidad espiritual: Por medio de la psicoterapia, las ayudas cognitivas y los tratamientos farmacológicos pueden mitigarse o aplacarse tendencias perversas o hábitos dañinos. Podemos ‘educar’ las expresiones, pero la esencia de la persona es la misma. Ninguno de estos recursos impacta en la realidad espiritual de la persona. La mayoría de las intervenciones provocan reformas que no permanecen en el tiempo.

No basta con sacar la basura: Este aspecto es sumamente trascendente. No resulta suficiente despojarse de lo malo; es decir, sacar las impurezas y perversidades del corazón. Esta primera acción, imprescindible debe conducirnos al siguiente paso. No podemos dejar nuestra casa interior ‘barrida y ordenada’, pero deshabitada. Jesús nos advierte al respecto: “… si encuentra que su antigua casa está barrida y en orden… busca a otros siete espíritus más malignos… y todos entran en la persona y… (esa persona) queda peor que antes”, Lucas 11:25-26, NTV. Si realmente no deseas volver atrás ni experimentar una derrota mayor, es necesario que ‘la casa; es decir, tu ser interior sea ocupado por alguien más fuerte que un espíritu demoníaco. “… cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás”, Efesios 1:13, NTV. Cuidar la comunión es esencial: Ahora todos podemos tener acceso al Padre por medio del mismo Espíritu Santo gracias a lo que Cristo hizo por nosotros”, Efesios 2:18, NTV.

No debes alejarte de Cristo: Haber escapado de la jaula no anula los esfuerzos que el diablo hará para volver a engañarte. Has escapado ‘del gobierno del príncipe de este mundo’ (Satanás), pero no debes asumir que eres invencible o que estás libre de toda tentación:

“¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe”, 1ª Pedro 5:8-9, NTV.

¿Cómo fortalecerás tu fe? Para esto te sirven las disciplinas espirituales.

El riesgo es demasiado grande. Piensa en tu futuro porque si desprecias los tesoros espirituales puede ocurrirte una desgracia. “…Es imposible lograr que vuelvan a arrepentirse los que una vez fueron iluminados —aquellos que experimentaron las cosas buenas del cielo y fueron partícipes del Espíritu Santo, que saborearon la bondad de la Palabra de Dios y el poder del mundo venidero — y que luego se alejan de Dios. Es imposible lograr que esas personas vuelvan a arrepentirse; al rechazar al Hijo de Dios, ellos mismos lo clavan otra vez en la cruz y lo exponen a la vergüenza pública”, Hebreos 6:4-6, NTV.

Jesús nos dejó muy claro el panorama. Si no te llenas del Señor, si no perseveras en sus caminos, si no buscas su dirección, si no te esfuerzas por obedecer y seguir sus consejos, el estado de tu vida podría ser peor que antes de convertirte. Los cristianos actuales somos muy ignorantes de realidades básicas que estaban impregnadas en la iglesia primitiva. Ellos velaban por la pureza de su fe. Nosotros tratamos las cosas santas como si fueran comunes.

No podemos esperar que su misericordia y su generoso amor siempre estén a nuestra disposición si somos desconsiderados y desobedientes.

No esperemos que nos mantenga en victoria si somos dados al mal, permisivos con el pecado, perezosos, fríos, desamorados y egoístas.

Es hora de despertar, ¡y con sentido de urgencia!

No permitas que tu corazón se enfríe. Lucha por mantener tu espiritualidad vital y sincera. Practica y practica las disciplinas espirituales. Levanta tus expectativas. En cualquier momento Dios irrumpe y todo cambia. ¡Bendita gracia!