La guerra espiritual es cierta

SEMANA 6

Las armas espirituales

DÍA 1

DÍA 2

DÍA 3

DÍA 4

DÍA 5

DÍA 6

DÍA 7

Aunque hemos hablado mucho al respecto, quizás no dimensionas que estás en un campo de batalla y que la confrontación es real.

Nuestra falta de vida espiritual y nuestro nulo discernimiento nos permiten bostezar y dormitar cuando es tiempo de entrenar.

Tantos escándalos, tantos pecados, tanta apatía. Todo por no tener vida espiritual. ¿Y cómo tendrás vida espiritual? ¿Acaso tienes un pensamiento mágico en relación al obrar del Espíritu de Dios? ¡Quítate esa idea! Los discípulos que recibieron el bautismo del Espíritu Santo en la primera hora estuvieron diez días en una reunión de oración de manera ininterrumpida. ¿Por qué aspiramos a los mismos resultados, sin el mismo grado de búsqueda y consagración?

Jeremías 29:13: “Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme”, NTV.

Un estilo de vida

El implementar las disciplinas espirituales tiene que ver con un estilo de vida. No es una ‘dieta’ para bajar de peso milagrosamente, no es ‘un rito mágico’ para lograr milagros, es una manera de vivir la espiritualidad que honra al Señor.

El diablo te dirá que puedes decidir si quieres consumir pornografía o tener relaciones sexuales con quien quieras; te dirá que todo el mundo lo hace y que no tienes porqué perderte todas esas emociones.

Si no logra convencerte para que te reveles contra Dios y sus mandamientos, entonces te dirá que, hagas lo que hagas, tu relación con Dios no se afectará. Te convencerá de que Dios es bueno y terminará olvidando tu pecado. Su más vil engaño es convencerte de que una vida vivida en desobediencia es mejor que aquella vivida en obediencia. No dejes que el diablo te persuada, te instigue y finalmente te seduzca para que vivas sin  Dios.  Por  favor  no  subestimes  el  poder  que  tiene  la desobediencia. La Biblia dice que “la paga que deja el pecado es la muerte”, Romanos 6:23 (NTV). ¡El pecado mata nuestra vida espiritual y aleja a Dios de nuestras vidas! Pero frente a esta clara advertencia verás que el diablo se comporta contigo de la misma manera que hizo con Eva. Él te dirá: “¡No es cierto, no morirás!”. ¿Acaso no se cumplió la advertencia de Dios en el Edén? Por qué le creemos a la serpiente y no le creemos al Señor. El diablo es un mentiroso, en cambio, Dios no miente.

Advierte este hecho.

La serpiente no le habló a Eva mal de su esposo sino de Dios. Romper matrimonios, arruinar familias y acabar con ministerios es algo secundario para el diablo. Él sabe muy bien que si logra poner una cuña en nuestra relación con Dios todo lo demás sufrirá. Después que Adán y Eva pecaron la debacle fue cuestión de tiempo. Al descuidar la relación con Dios todo se vino abajo. Perdieron el hogar, la familia, el ministerio y el trabajo. Y no solo ellos sufrieron. La desgracia pasó de generación en generación. ¡El pecado tiene un efecto destructivo y también expansivo!

El diablo sabe que para destruirnos y arruinar lo que tenemos debe lograr que nos apartemos de Dios. La raíz de todas las desgracias está en alejarse de Dios.

Si te has alejado, el único consejo bíblico es este: ¡recupera tu vida espiritual!

¿Recuerdas los diez leprosos sanados por Jesús en Lucas 17:11-19? ¿Por qué solo uno regresó? ¿Por gratitud? Imagina a los otros nueve leprosos. Ninguno va a mofarse del hombre que los liberó de sus miserias, todos debieron sentir profunda gratitud. Solo que estaban tan ansiosos por ver a sus familiares y regresar a su casa que no dispusieron del tiempo necesario para encontrarse con Jesús. Ellos antepusieron sus propios intereses a los de Dios. Sus familias, negocios y amigos estaban primero. Al igual que para ellos nuestros intereses suelen estar aquí abajo y casi nunca Dios suele ser la prioridad de nuestra vida.

Imagina si Jesús hubiera hecho lo mismo. ¿Qué hubiera pasado si descuidaba su relación con el Padre? Gracias a que Él nunca se desconectó del cielo toda la humanidad tiene la oportunidad de canjear su destino eterno de condenación por uno de salvación. Jesús vivió una vida de intimidad con el Padre. Y nosotros también lograremos esa meta si tomamos la decisión primero y perseveramos después en hacer de Dios la mayor prioridad de nuestra vida. No postergues al Señor. Haz ahora mismo un alto en tu jornada para orar y buscar con total sinceridad su presencia. No antepongas tus propios intereses. ¡Resucita tu vida espiritual!

Cuestiones que debes afrontar en este día.

Desde la primera semana hemos puesto a tu disposición el libro GPS SEXUAL, camino a la santidad. Esperamos que hayas comenzado la lectura.
Te invitamos a ir a la página 21, al inicio del capítulo 3: Por una vida de intimidad con Dios.

Toma diez minutos y lee este capítulo.

Toma un espacio de tiempo para buscar con total sinceridad la presencia del Señor. No antepongas tus propios intereses, porque sin el Señor todo se desmoronará.

Ora, aunque no tengas ganas.
¡Resucita tu vida espiritual!